Horas antes, Irán había lanzado un ataque con misiles contra dos bases que albergan militares de EE.UU. en Irak en represalia a la operación con la que el presidente Donald Trump ordenó matar en Bagdad al general Qasem Soleimani, el jefe de las fuerzas Quds, el batallón de élite del país persa.
Pero el ataque, que fue presentado con aspavientos por los medios iraníes como la consumación de la "venganza severa" por el "martirio de Soleimani", fue limitado: no hubo pérdidas de vidas estadounidenses y los daños materiales fueron mínimos.
De hecho, las víctimas de las tensiones por el conflicto entre los dos países no serían militares y estaban a cientos de kilómetros de las bases atacadas.
Antes, durante y después del ataque, los aviones siguieron despegando con normalidad desde Teherán: el país estaba en alerta máxima pero nunca cerró su espacio aéreo.
Fuente: www.bbc.com