Como se anticipaba, los saldos del reciente congreso de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), continúan generando repercusiones y análisis, puesto que derivó en la posesión de dos directivas, acusaciones cruzadas y hasta amenazas de una y otra facción.
Así también, acciones ante organismos internacionales, según informó el exviceministro de régimen interior, Nelson Cox, quien fundamentó esta iniciativa ya que la organización campesina está protegida por la declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas.
La exautoridad explicó que el grupo promotor de los mecanismos expuestos, solicitará pronunciamientos oportunos e informes que detallen presuntas violaciones a derechos humanos por parte del estado, incluyendo una supuesta indiferencia de la Defensoría del Pueblo.
Sin embargo, el diputado del MAS, Israel Huaytari, rechazó los criterios de Cox y a tiempo de descartar que el gobierno incurra en actos de divisionismo, aseveró que el congreso se apegó a estatutos orgánicos y la única injerencia se dio por parte de grupos radicales “evistas” que indujeron a la confrontación para imponer, sin éxito, una directiva política.
Para el parlamentario oficialista, es evidente que la intención de quienes interfirieron en el encuentro sectorial, fue generar desestabilización al gobierno de Luis Arce y David Choquehuanca, gestando un eventual golpe de estado.
Similar opinión fue compartida por el dirigente de la Federación de Trabajadores Campesinos del sur de Potosí, Andrés Huaranca, quien lamentó la desinformación de afines a Evo Morales a los que tildó de “títeres políticos” por tratar de empañar la legitimidad de la directiva electa.
Huaranca, acusó al líder del MAS, Evo Morales de insistir en retornar al poder a toda costa y por ello le sugirió ejecutar su campaña cuando sea oportuno, sin dividir a las organizaciones sociales, que se movilizarán de ser preciso.
PANAMERICANA.
