En contacto con Panamericana, el analista e investigador, Carlos Bohrt, evaluó las repercusiones que podría tener la salida de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU de territorio boliviano, tras el supuesto cumplimiento del convenio que establecía su permanencia.
Para el exparlamentario, la medida confirma un rápido y casi irreversible retroceso en materia de protección a los derechos fundamentales en el país.
Bohrt advirtió que incluso el rol efectivo del Tribunal Constitucional Plurinacional estaría en duda debido a las actuales circunstancias, por lo que el retiro del despacho internacional cierra el círculo de control para el gobierno de turno.
El jurista agregó que si las autoridades de estado hubiesen deseado preservar y promocionar el respeto a los derechos humanos en el futuro, la decisión acertada habría sido renovar el acuerdo correspondiente.
PANAMERICANA.
