Precisamente el secretario de conflictos de la Federación de trabajadores del organismo suprimido, Néstor Villarroel, expresó sorpresa y molestia a Panamericana por la súbita determinación, a tiempo de advertir que lo ocurrido sienta un mal antecedente sobre la inseguridad laboral y jurídica en Bolivia.
Villarroel, informó que los movilizados desvinculados de sus fuentes laborales, se replegaron con el potencial riesgo para el ámbito aeronáutico en el país, ya que según dice, al momento opera personal improvisado y sin la capacitación suficiente para dar continuidad a las labores en terminales aéreas.
Sin embargo, el gerente de la estatal “Boliviana de Aviación”, Ronald Casso, tranquilizó a la población a tiempo de dar cuenta de la ejecución del plan de contingencia diseñado por el Ministerio de Obras Públicas, para reportar relativa normalidad en las operaciones aéreas sin afectar, dice, estándares de calidad y seguridad.
El gerente de BoA, recalcó que los profesionales designados para desempeñar funciones en los aeropuertos del país tras la eliminación de AASANA y la creación de NAABOL, son aptos para tal efecto, de modo que solamente se registraron algunas demoras a causa de aspectos netamente administrativos.
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