A través de Panamericana, el abogado y analista, Carlos Bohrt, se refirió a la coyuntura social y política en el país frente a la evidente ruptura al interior del Movimiento al Socialismo y lamentó confirmar su vaticinio que este escenario se ha agudizado fricciones, en lugar de propiciar el acercamiento.
Según observa, es difícil suponer que con el nivel de acusaciones cruzadas se siga una estrategia electoral, sino más bien una disputa interna que ha contaminado organizaciones sociales e instituciones estatales.
Sobre las ventajas de las que gozarían uno y otro bando, el jurista manifestó que si bien la fracción denominada “renovadora” o “arcista”, afín al actual jefe del estado, Luis Arce, cuenta con la fuerza de estar en el poder, el sector comandado por el líder del MAS, Evo Morales, se beneficia del respaldo sindical y de la validez que otorga el órgano electoral.
Sobre la misma temática, el abogado constitucionalista Israel Quino, opinó que la división masista se relaciona íntimamente con delitos como la corrupción y el narcotráfico, por lo que avizora un problema mucho más profundo que sólo la fragmentación del partido en función de gobierno y la debilidad de la oposición.
El analista, opinó que al momento se lleva adelante una suerte de “golpe blando”, que complica aún más la ansiada reforma judicial en Bolivia, considerando los roles del Tribunal Constitucional y Electoral.
PANAMERICANA.
