jueves. 28.03.2024

En esta jornada, corresponde formular algunas consideraciones en torno a los elementos que deben pesar a  la hora de elegir a las autoridades electorales, sobre todo a nivel nacional, tomando en cuenta que han quedado 155 postulantes habilitados para acceder al Tribunal Supremo Electoral.

Hasta el momento se han presentado diversos enfoques sobre lo que debe hacerse al momento de elegir a los Vocales Electorales, más aún tomando la crítica situación existente en el país.

Como es de conocimiento público, el pasado proceso electoral fue manchado por el fraude atribuido a la anterior composición de vocales del Tribunal Supremo, aunque las investigaciones determinarán lo que realmente ha sucedido.

De todas maneras, la ciudadanía ha quedado bastante afectada por lo ocurrido, pues de alguna manera se intentó afectar la institucionalidad democrática de nuestro país,  asentada en algunos pilares fundamentales, entre ellos el voto popular que debe ser transparente, sin dejar lugar a ninguna duda.

Recordemos que la desconfianza se había acentuado en las autoridades electorales durante los últimos años, mas aún cuando se presentaban varios episodios, que no eran coherentes con un manejo transparente del qué hacer electoral.

Por ello, uno de los elementos fundamentales para generar espacios de confianza en un proceso electoral, está asentado precisamente en los administradores  del voto en las urnas.

Esa ha sido la razón para buscas gente profesional, preparada e involucrada en el área, y de esta manera buscar nuevas autoridades electorales que administren los procesos de votación.

Pero no sólo se trata de este aspecto, pues existen más atributos inherentes a toda persona que pretenda llegar a ser Vocal Electoral, como es el caso de la transparencia, la honestidad, la probidad y otros aspectos cualitativos, que difícilmente pueden ser medidos en procesos de selección que se ha  presentado en las Asambleas Legislativas.

En distintos momentos de la reflexión sobre el trabajo de los entes deliberativos, se había mencionado precisamente este extremo, la dificultad de incorporar mecanismos de medición a la hora de hablar de la probidad, la transparencia y la honestidad que requiere un Vocal Electoral en su trabajo.

Las Asambleas Legislativas, tanto a nivel nacional como a nivel departamental, han adquirido un reglamento de selección que prioriza el carácter meritocrático -que está muy bien- pero que no basta a la hora de medir aspectos  subjetivos, como son las cualidades mencionadas.

A estas dificultades, habrá que sumar recientes hechos de tinte político que han primado en algunas Asambleas departamentales que ni siquiera respetaron el criterio meritocrático, al momento de seleccionar sus ternas.

Se ha denunciado que hubo una acción político-partidaria, impulsada por el Movimiento Al Socialismo para beneficiar  a postulantes afines a este partido, sin tomar en cuenta que la ciudadanía está expectante de lo que hagan las autoridades, por la desconfianza generada a raíz del fraude del pasado proceso.

En consecuencia, se debe hacer énfasis en que además de la meritocracia, sistematizada en el proceso de selección de postulantes, se debe incorporar también los componentes de probidad, honestidad y transparencia, necesarios a la hora de elegir a las nuevas autoridades.

Por lo pronto, se aguarda que sobre todo en la Asamblea Legislativa Plurinacional, se tome en cuenta todos los elementos mencionados y evitar decisiones cuestionables por la ciudadanía.