Hoy, 6 de agosto, Bolivia conmemora el inicio de su vida institucional como República Independiente, luego de la firma del acta de la independencia precisamente un 6 de agosto de 1825, tras largos años de lucha por la libertad frente a la colonia española.
A pesar de este escenario bastante sombrío, no podemos dejar de lado, cierta referencia histórica, y también debemos hacer mención a la esperanza que nunca muere; para que el país viva mejores días.
Como se conoce, los levantamientos de 1809, marcaron en América Latina una seguidilla de movimientos de liberación, que en el caso de Bolivia, concluyó en 1825 con la creación de un país independiente.
A partir de esta fecha, el país vivió varios episodios que fueron configurando la Bolivia que hoy conocemos, con distintos episodios que marcaron a fuego la historia nacional.
El país tuvo distintos momentos fundamentales: como el conflicto bélico con Chile en 1879, que supuso la pérdida nuestra cualidad marítima; la Guerra del Chacho, que nos orientó a la consolidación de una identidad nacional; la revolución del 52 que modificó la estructura productiva del país; el periodo de las dictaduras militares y la vida democrática en los últimos años, marcan en algo, las distintas fases de la historia nacional.
Lo sucedido en los últimos años, han generado muchas interpretaciones por una suerte de interregno en la evolución del país, que junto a la pandemia marcan episodios oscuros, aunque no insuperables.
Bolivia, busca en todo momento, lograr avanzar en su desarrollo, dejando de lado y superando los problemas que se fueron presentando. Todo, sobre la base del esfuerzo y tesón de los ciudadanos.
Por todos antecedentes y por el ímpetu de superación, sólo queda gritar: ¡Felicidades Bolivia! por tus 195 años de vida independiente.
PANAMERICANA
