Para el investigador, el indigenismo dejó de ser el elemento unificador del partido gobernante por lo que ahora recurre a dicho símbolo patrio como nuevo “sujeto político”.
En criterio de Untoja, en la lógica del masismo la Constitución Política del Estado debería reconocer las 36 nacionalidades existentes en Bolivia con su propio emblema ingresando así en un escenario que califica como “absurdo e incoherente”.
Para el analista, es evidente que el gobierno actual ha generado una descomposición institucional y pretende potenciar a la whipala para movilizar a sus seguidores con el riesgo de avivar la tensión social.
Por su parte, el politólogo Marco Saavedra, sostuvo que el gobierno de Luis Arce, contribuye a profundizar la evidente polarización en el país recurriendo a elementos simbólicos que se suman a un debate infructuoso sobre las hipótesis de fraude electoral y golpe de estado.
A juicio del profesional, la clase política en general demuestra que no está interiorizada con la realidad de los bolivianos y enfoca su interés en temas que no son prioritarios en el contexto nacional e incluso internacional.
Marco Saavedra, lamentó que una visión equivocada del MAS interfiera en la gobernanza y refuerce un sistema de imposición de normas, instrumentalización de la justicia y precariedad institucional.
PANAMERICANA
