jueves. 25.04.2024

Al cierre del presente año, corresponde formular algunas consideraciones en torno a lo que supuso este año en todos sus ámbitos, aunque sin duda deja en la retina de los bolivianos algunos momentos de mucha trascendencia, para la sociedad.

De todas maneras, existen reflexiones particulares que deben ser tomadas en cuenta a la hora de desarrollar algunas evaluaciones personales, pero siempre en el entendido de que somos seres sociales, y no individuos en medio de la nada.

En esta reflexión particular, se define si existen o no mejores condiciones de vida respecto a una anterior gestión. El resultado sin duda será muy personal, de quien formule precisamente esta evaluación.

Cuando se realiza esta consideración sobre una mejora o no de las condiciones de vida, se trata de una especie de aterrizaje de elementos sociales y macro, en aspectos concretos y particulares de cada familia.

Ahora bien, cada persona asume a su manera ciertos retos a largo, mediano y corto plazo, que al momento de la evaluación también son tomados en cuenta, en la perspectiva de asumir nuevas metas para la siguiente gestión.                                                   

El trabajo cotidiano, un reto académico, la posibilidad de adquirir esa vivienda anhelada ó el mantener la salud estable, es preocupación regular de cada persona; al igual que la búsqueda de ese amor de pareja; la reconciliación con la familia; la posibilidad de lograr ese viaje esperado, o el establecimiento de ese negocio esperado, en fin son varias cosas que se asume como retos a largo, mediano y corto plazo.

Pero a nivel general y social, las evaluaciones sobre lo que supuso el 2019 tienen muchos insumos a la hora de formular las reflexiones requeridas, pues luego de bastante tiempo se ha generado una movilización a escala nacional que derivó en cambios inesperados en la vida institucional del país.

Se ha mencionado que el proceso de acumulación negativa se inició mucho mas antes, sobre todo alrededor del referéndum de modificación constitucional del año 2016, cuando Evo Morales opta por una nueva reelección siendo que las normas no lo permitían.

Es por ello, que busca  modificar la Constitución para hacer viable su postulación y el pueblo definitivamente no acepta tal decisión y le dice NO en ese referéndum del 21 de febrero del 2016.

Esto no es asimilado de manera coherente por el mismo Evo Morales,  y se insiste en la re-postulación, pero ahora optan por el mecanismo de un pronunciamiento del Tribunal Constitucional, sobre la base del Pacto de San José.                               

Este proceso acumulativo, supuso que la ciudadanía se organice en distintos niveles de representación disminuyendo notablemente  el apoyo al entonces Evo Morales, que no tuvo otra opción que recurrir a elementos fraudulentos para mantenerse en el poder, según algunos analistas.

No fue casual que para el proceso electoral del 20 de octubre, se tomaron decisiones poco atinadas, como el tema de las primarias y una depuración inconsistente del Padrón Electoral.

Poco a poco la tensión fue creciendo, hasta detectarse casos sumamente deplorables que posteriormente derivaron en el fraude inicialmente, y las posteriores movilizaciones de sectores de la sociedad civil, que concluyeron con la llamada “Revolución de las Pititas” y la salida de Evo Morales del Poder.

Este hecho fue fundamental para la historia nacional, pues está demostrando que el pueblo boliviano a diferencia de otras naciones, no está dispuesto a perder la democracia que tanto le costó recuperar, y no sólo se mueve con lógicas económicas. Esta fue la gran lección y el tema de mayor trascendencia de este 2019.

Sin duda los hechos de octubre y noviembre del 2019, seguirán siendo comentados por mucho tiempo más.  A partir de ello, el anhelo de mejores días está en el horizonte, a poco de la llegada del 2020.

El Panorama de la Noticia: Cierre de la gestión 2019