viernes. 29.03.2024

En esta jornada, corresponde formular algunas consideraciones en torno a un tema de crucial trascendencia, toda vez que las protestas y cuestionamientos hacia la forma en que actúa la justicia, continúan.

Como es de conocimiento público, recientemente se han generado algunas versiones en torno a ciertos abusos contra la Juez Milenka Gutiérrez, porque ella  determinó sólo detención domiciliaria al empresario Marcelo Hurtado de ATB, a pesar de que habría indicios en su contra por  delitos que se le sigue.

La abogada de Milenka Gutierrez, ha manifestado que lamentablemente la justicia ha cambiado de camiseta, y siendo que anteriormente se adecuaban al gobierno del ex – Presidente Morales, ahora lo hacen con las actuales autoridades gubernamentales.

Pero no es sólo este hecho, pues recientemente hubo algunas referencias similares ante una suerte de vendetta de parte del gobierno actual, contra las autoridades de la anterior administración.

No es casual, que varias ex – autoridades estén siendo procesadas por la comisión de algunos presuntos delitos, sostienen quienes ahora se sienten perseguidos por el actual gobierno.

Se menciona constantemente que se está intentando callar la voz de quienes son contrarios al gobierno de transición de la Presidenta Jeanine Añez, y que por ello se asumen estas acciones en contra de las ex-autoridades e incluso de quienes son miembros de la Asamblea Legislativa Plurinacional,

Se han registrado denuncias de que cualquier criterio o manifestación, se lo asume como sedición sin dar lugar a la libertad de expresión que pregonan las actuales autoridades.

Estas denuncias, de alguna manera son recurrentes, pues similares criterios y aseveraciones se las ha formulado en el gobierno del ex – Presidente Evo Morales, pero lo paradójico es que los protagonistas son distintos.

Los actuales denunciantes, antes eran los beneficiarios de una inadecuada administración de justicia, y los que ahora utilizan la justicia para afectar al contrincante político, antes eran las víctimas, afirman algunos analistas, al mencionar que hay una suerte de evidencia de que lamentablemente la justicia sigue igual o peor que hace décadas.                                                    

Ya lo habían manifestado algunos juristas reconocidos en la realidad nacional, que aceptan que la justicia lamentablemente se alinea al poder político de coyuntura, y que incluso cada nueva autoridad judicial  surge del poder político establecido en el momento.

Precisamente esa situación se ha mostrado con bastante elocuencia en el gobierno de Evo Morales, cuando en los 14 años anteriores se impuso la presencia de abogados nóveles que  llegaron a acceder a cargos públicos de suma trascendencia, sin la debida experiencia, que deben tener.

No fue casual lo ocurrido con el proceso de selección y posterior elección de autoridades judiciales, y a pesar de que no gozaban del apoyo ciudadano, ocuparon los distintos cargos judiciales.

Ahora bien, y a pesar de todos estos elementos descriptivos la tarea inmediata es obvia, pues así como se busca cambiar la realidad de varias instituciones y del propio estado boliviano, es necesario cambiar radicalmente la justicia boliviana.

Esto supone encarar nuevamente las tareas que ya en varias oportunidades habíamos mencionado, como una adecuada formación del abogado para que opte por la ética profesional y asuma el reto de realmente administrar justicia y no la injusticia, que se muestra a diario en distintos centros de litigio.