jueves. 28.03.2024

En esta jornada, habrá que seguir haciendo referencia al tema del coronavirus y los elementos colaterales que se han presentado hasta el momento, pero esta vez haciendo énfasis al cumplimiento de las normas restrictivas en el país.

Es de conocimiento público que en varios sectores, se han presentado dificultades a la hora de hacer cumplir las normas, pues de manera inconsciente o voluntaria, individuos y también grupos de personas, hacen caso omiso de las determinaciones asumidas.

Los informes daban cuenta de que en el primer día de la cuarentena, se habían registrado más de mil 600 personas detenidas y un poco mas de 700 vehículos retenidos por no cumplir las restricciones.

La situación es incomprensible, pues independientemente de acuerdos o desacuerdos sobre las medidas que adoptan las autoridades nacionales, se ha difundido ampliamente las restricciones a las que estamos sometidos los bolivianos, por lo que todos estamos obligados a cumplir.

Decimos incomprensible, pues las decisiones asumidas fueron ampliamente difundidas por los medios de comunicación, incluso  las mismas autoridades nacionales y sub-nacionales, han desarrollado (lo siguen haciendo) amplias campañas de difusión.

Los mensajes iban en dos sentidos: por un lado  las medidas preventivas contra el coronavirus, desde un punto de vista médico, y por otro lado acerca de las restricciones asumidas por las autoridades.

En el primer caso, se recomienda constantemente que no se debe olvidar el lavado de manos de manera constante, además de usar el barbijo y el alcohol en gel, como consejos básicos para enfrentar el coronavirus. Pero también se ha pedido guardar distancia físicas entre las personas, evitando contacto unos con otros.

Es por ello que las autoridades nacionales han asumido las medidas restrictivas que conocemos con la cuarentena total, en la perspectiva de evitar concentraciones de personas y hacer que la gente se quede en su casa, sin salir para nada a las calles, a no ser que haya necesidad extrema, como el abastecimiento de productos de primera necesidad y la emergencia médica.

En ese contexto, llega el segundo aspecto que tiene que ver con la difusión amplia de las medidas restrictivas que ha determinado el gobierno de la Presidenta Jeanine Añez, motivo por el que no es comprensible el desacato.       

Ya lo habíamos mencionado en un anterior capítulo, que el incumplimiento de las medidas restrictivas en el país, obedecían fundamentalmente a dos aspectos: por un lado el hecho de que existan sectores de la sociedad que no entienden la verdadera magnitud del problema al que nos enfrentamos como sociedad, y por otro lado la gente que a sabiendas de la situación, no quiere cumplir las medidas por motivaciones políticas.

Dijimos también que en este último caso, sería ingresar en un terreno extremo, que de ninguna menara se puede tolerar, pues toda la sociedad está en zozobra, sólo porque unos cuantos han decidido oponerse a la cuarentena por cuestiones políticas.

Es aquí que surge la polémica, sobre la pertinencia o no de la dictación de un estado de sitio, como lo propuso el Ministro de Gobierno Arturo Murillo, quien identificó ciertos lugares y sectores en el país, en los que existen  problemas para hacer cumplir las restricciones.

Ya un analista había mencionado que en esta coyuntura, los bolivianos nos enfrentamos a dos debilidades: la primera es poca costumbre de los ciudadanos de cumplir las normas y la otra, la poca capacidad de las instituciones coercitivas.

Se aguarda que cualquier decisión adicional de las autoridades, vele por el interés común de la población, por encima de intereses políticos o sectoriales.